13 de septiembre de 2010

El Águila y La Gallina

Una vez un campesino que fue al bosque cercano a atrapar algún pájaro
con el fin de tenerlo cautivo en su casa. Consiguió atrapar un aguilucho. Lo
colocó en el gallinero junto a las gallinas. Creció como una gallina.

Después de cinco años, ese hombre recibió en su casa la visita de un
naturalista. Al pasar por el jardín, dice el naturalista: "Ese pájaro que está ahí,
no es una gallina. Es un águila."

"De hecho", dijo el hombre. "Es un águila. Pero yo la crié como gallina. Ya no
es un águila. Es una gallina como las otras.

"No, respondió el naturalista". Ella es y será siempre un águila. Pues tiene el
corazón de un águila. Este corazón la hará un día volar a las alturas".

"No, insistió el campesino. Ya se volvió gallina y jamás volará como águila".
Entonces, decidieron, hacer una prueba. El naturalista tomó al águila, la elevó
muy alto y, desafiándola, dijo: "Ya que de hecho eres un águila, ya que tú
perteneces al cielo y no a la tierra, entonces, abre tus alas y vuela!"

El águila se quedó, fija sobre el brazo extendido del naturalista. Miraba
distraídamente a su alrededor. Vio a las gallinas allá abajo, comiendo granos. Y
saltó junto a ellas.

El campesino comentó. "Yo le dije, ella se transformo en una simple gallina".
"No", insistió de nuevo el naturalista, "Es un águila". Y un águila, siempre será
un águila. Vamos a experimentar nuevamente mañana.

Al día siguiente, al naturalista subió con el águila al techo de la casa. Le
susurró: "Águila, ya que tú eres un águila, abre tus alas y vuela!".

Pero cuando el águila vio allá abajo a las gallinas picoteando el suelo, saltó y
fue a parar junto a ellas.

El campesino sonrió y volvió a la carga: "Ya le había dicho, se volvió gallina".
"No", respondió firmemente el naturalista. "Es águila y poseerá siempre un
corazón de águila. Vamos a experimentar por última vez. Mañana la haré
volar".

Al día siguiente, el naturalista y el campesino se levantaron muy temprano.
Tomaron el águila, la llevaron hasta lo alto de una montaña. El sol estaba
saliendo y doraba los picos de las montañas.

El naturalista levantó el águila hacia lo alto y le ordenó: "Águila, ya que tú eres
un águila, ya que tu perteneces al cielo y no a la tierra, abre tus alas y vuela".
El águila miró alrededor. Temblaba, como si experimentara su nueva vida, pero
no voló. Entonces, el naturalista la agarró firmemente en dirección al sol, de
suerte que sus ojos se pudiesen llenar de claridad y conseguir las dimensiones
del vasto horizonte.

Fue cuando ella abrió sus potentes alas. Se erguió soberana sobre sí misma. Y
comenzó a volar a volar hacia lo alto y a volar cada vez más a las alturas. Voló.
Y nunca más volvió.

Nos ocurrieron cosas, experiencias que nos hicieron pensar como gallinas. Y aun pensamos que efectivamente somos gallinas.
Pero somos águilas.

REFLEXIÓN

MUCHAS PERSONAS NACEN Y CRECEN ENTRE LAS GALLINAS, SIN EMBARGO, TIENEN TODO EL POTENCIAL DE SER COMO ESE AGUILA, DE PODER VOLAR ALTO, DE TENER UNA VISIÓN MUCHO MAS AMPLIA.

PERO A VECES CUANDO CRECEMOS ENTRE LAS GALLINAS O SEA ENTRE ESE MEDIO AMBIENTE QUE CREE QUE NO PODEMOS ALCANZAR LAS METAS, NOS QUEDAMOS AHÍ, ESTANCADOS.

PERO TU TIENES EL POTENCIAL, LA HABILIDAD Y EL TALENTO DE PODER VOLAR ALTO PERO SIMPLEMENTE TIENES QUE CREERLO, TIENES QUE CREERTELO, INCLUSIVE TIENES QUE CREER MAS EN TI QUE LO QUE CREEN OTRAS PERSONAS.

EL MEDIO AMBIENTE SIEMPRE TE VA A EMPUJAR HACIA ABAJO PERO SI TIENES LA PERSISTENCIA, LA ACTITUD Y LA FUERZA NECESARIA VAS A PODER LLEGAR A VOLAR ALTO.

NUNCA NADIE TE PUEDE DECIR HASTA DONDE PUEDES LLEGAR A VOLAR Y NUNCA LO PERMITAS.

PERO TAMPOCO LO VAS A SABER HASTA EN EL MOMENTO EN EL QUE EXTIENDAS TUS ALAS.

Por eso, abre las alas y vuela. Vuela como las águilas. Jamás te contentes con los granos que te arrojen a los pies para picotearlos.

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